Siglas de trastorno de ansiedad generalizada. Es uno de los trastornos de la ansiedad, junto con la fobia social, las fobias específicas, el ataque de pánico, el estrés postraumático y el trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
El TAG se caracteriza por una preocupación y una ansiedad frecuentes y persistentes respecto de una gran variedad de eventos o actividades. Algunos síntomas psicológicos pueden ser: preocupación crónica y “exagerada”, agitación, tensión e irritabilidad, aparentemente sin causa o más intensas de lo que sería esperable en la situación concreta. También suelen padecerse problemas de concentración y dificultades para conciliar el sueño. El síntoma clave es una dificultad esencial para relajarse.
Con frecuencia, se notan signos físicos: mareos, temblores, migrañas, agitación, tensión muscular, dolores inespecíficos, molestias abdominales, urgencia para orinar, diarrea, sudoración excesiva.
El TAG es habitualmente tratado con psicoterapia, antidepresivos y benzodiacepinas.
Es verdad que las respuestas de ansiedad pueden ser consideradas reacciones defensivas e instantáneas ante un peligro, conductas adaptativas de la especie humana. Ejercerían una función preventiva o protectora. El problema es que el ser humano ya no tiene que enfrentarse con peligros todo el tiempo, aunque sí hay muchos agentes estresantes.
El doctor Enrique Echeburúa lo explica así: “En el caso de los trastornos de ansiedad, la respuesta de miedo funciona como un dispositivo antirrobo defectuoso, que se activa y previene de un peligro inexistente. Precisamente el ser humano actual está abocado a abordar el fascinante problema de cómo controlar los aspectos perjudiciales de las respuestas de miedo (que se pueden manifestar psicopatológicamente en forma de trastornos fóbicos y de ansiedad) conservando, sin embargo sus beneficios protectores”.
Por otro lado, es probable que el TAG sea causado por una combinación de factores biológicos y de circunstancias vitales. Muchos de los que padecen ansiedad generalizada también sufren otros trastornos concomitantes, como depresión y pánico. Es posible que estén involucradas modificaciones en ciertos procesos químicos cerebrales; por ejemplo, anomalías en los niveles de la serotonina.
Hay enfermedades que dan lugar a trastornos neuroquímicos, como el hipertiroidismo.
Por último, se consideran factores desencadenantes de ansiedad: aumento de las demandas internas y/o externas (miedo al fracaso); acontecimientos estresantes que disminuyan la autoconfianza; aumento de las amenazas del entorno (reales o imaginarias); situación estresante que afecta una vulnerabilidad individual.
Quizás, en la mayoría de los casos, la ansiedad sea una extensión de problemas que estas personas han experimentado durante toda su vida y que de pronto se agravan.
Cuestionario GAD-7 para la medida del Trastorno de Ansiedad Generalizada
Deja un comentario
Lo siento, tenés que estar conectado para publicar un comentario.