Definición de signo:
Lacan define el signo como lo que “representa algo para alguien” (definición que recuerda la de Charles Peirce), en oposición al significante (término más propio de Saussure), que es “lo que representa a un sujeto para otro significante”.
Jacques Lacan, al elaborar su propio concepto de signo, se ubica en una estrecha relación con la ciencia de la semiología (o semiótica, según la tradición), que se desarrolló notablemente a lo largo del siglo XX.
Según Saussure, el signo es la unidad que constituye la lengua, que a su vez es la parte social y psíquica del lenguaje (opuesta al habla, parte individual y material). El signo saussureano está constituido por dos elementos: el concepto (que Saussure denomina significado) y la imagen acústica (significante). Estas dos caras del signo están estrechamente unidas, pero su vínculo es arbitrario (inmotivado).
Lacan retoma el concepto saussureano del signo, pero lo somete a modificaciones de acuerdo con sus fines. Mientras que Saussure postulaba la interdependencia permanente entre el significante y el significado, Lacan dice que esa relación es inestable. También sostiene que hay un orden de “significantes puros” en el que estos existen antes que los significados; este orden, de estructura puramente lógica, es el inconsciente.
(Con esto, en realidad, se destruye el concepto saussureano del signo; para Lacan, un lenguaje no está compuesto de signos sino de significantes.)
El esquema del signo de Lacan (S/s) invierte el de Saussure e implica la primacía del significante. “La barra entre significante y significado ya no representa unión sino la resistencia inherente a la significación”.
Por otro lado, para Peirce, el signo es algo que representa otra cosa (objeto), en ciertos aspectos y para alguien que lo interpreta. Entre varias clasificaciones posibles, divide los signos en tres, según el modo de relacionarse con su objeto: ícono, índice y símbolo. El ícono representa un objeto por analogía. El índice, por contigüidad o “relación existencial”. El símbolo, por una ley o convención.
Lacan retoma la concepción del índice peirciano para hacer una distinción entre la visión psicoanalítica y la visión médica del síntoma, y también para distinguir entre los códigos (animales) y los lenguajes (humanos). También lo aplica, siguiendo a Jakobson, a la noción de shifter o deíctico, que conecta (y separa) el sujeto del enunciado y el sujeto de la enunciación.
Sin embargo, es sin duda el predominio de lo simbólico lo que más relaciona a Lacan con Peirce como involuntario antecesor.
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