El desarrollo cognitivo estudia el crecimiento mental o de las conductas, hasta esa fase de transición constituida por la adolescencia, que marca la inserción del individuo en la vida adulta.
Comienza con la adaptación del niño a su ambiente y por ese esfuerzo que realiza por conocer al mundo que lo rodea.
En un principio son los reflejos arcaicos los que permitirán al niño comenzar a relacionarse con el medio.
Es importante destacar que las influencias del ambiente influyen significativamente a partir del nacimiento, tanto desde el punto de vista orgánico como mental.
El desarrollo cognitivo se da a partir de esquemas. Un esquema es una estructura que existe en la mente de un individuo, que le permite organizar e interpretar la información. Cabe destacar que los esquemas se van complejizando a medida que el niño crece, y cada esquema integra al anterior, es decir, las estructuras ya construidas se modificarán y se enriquecerán en función de las nuevas asimilaciones.
Cada vez que al niño se le presenta una nueva situación, actúan dos importantes procesos: asimilación y acomodación.
- Asimilación: es el proceso mental que sucede cuando el niño incorpora nuevos conocimientos a los ya existentes.
- Acomodación: es el proceso mental que sucede cuando el niño ajusta información hacia nuevos esquemas.
El desarrollo cognitivo se da en etapas:
- Etapa sensoriomotriz: 0 a 2 años.
- Etapa preoperacional: 2 a 7 años.
- Etapa de operaciones concretas: 7 a 11 años.
- Etapa de operaciones formales: 11 años en adelante.
Etapa sensoriomotriz:
Esta etapa ocurre antes del lenguaje, por lo que el lactante no presenta todavía pensamiento ni afectividad ligada a representaciones que permitan evocar personas u objetos ausentes.
El desarrollo mental durante los primeros 18 meses es particularmente rápido y de suma importancia ya que el niño elaborará subestructuras cognoscitivas que serán el punto de partida de sus construcciones perceptivas e intelectuales posteriores.
En esta etapa existe una inteligencia de tipo práctica, esto quiere decir que tiende a consecuciones pero no a realizar resolución de problemas en acción ni a enunciar verdades.
El niño construye su mundo esencialmente a través de sus sentidos: oye, ve, toca, degusta y siente. Utilizando instintos y reflejos para la adaptación y supervivencia con el medio. Comienza a repetir acciones que le causan placer, como por ejemplo chupar su dedo. A esto Piaget las llamo reacciones circulares primarias, acciones que espontáneamente causan placer son repetidas intencionalmente.
Las reacciones circulares secundarias, suceden cuando el niño comienza a experimentar con los objetos, probando y observando que sucede con ellos y así desarrollando su sentido de “permanencia de objeto”, es decir, aunque el niño no vea el objeto sabe que está y no como antes que si no lo podía ver simplemente no estaba.
Las reacciones circulares terciarias suceden cuando el niño repite experimentos que le parecen interesantes con diversos objetos, sonidos, texturas etc.
En la etapa sensoriomotriz el niño desarrolla su memoria siendo capaz de recordar imágenes, comienza a imitar conductas y utiliza combinaciones mentales para resolver problemas simples.
Etapa preoperacional:
Esta etapa está caracterizada por la interiorización de los logros de la etapa anterior. El niño comienza a representar la realidad mediante símbolos, esto le permite al niño representarse lo real a través de significantes. Es decir, comienza a darse la función semiótica.
Es una etapa de egocentrismo, ya que la realidad es vista solo desde su punto de vista.
Comienza el desarrollo gradual del uso del lenguaje y es capaz de pensar lógicamente en operaciones unidireccionales.
Características principales:
Imitación diferida: esto consiste en la imitación en ausencia del modelo.
Juego simbólico: comienza el “como si” en el juego, por ejemplo aparentando dormir, o imitando a un animal, etc. En estos casos la representación es neta y el significante es un gesto imitador acompañado de objetos que se han hecho simbólicos.
El dibujo o imagen gráfica: es un intermediario entre el juego y la imagen mental, no aparece antes de los 2 años.
Imagen mental: aparece como una imitación interiorizada.
Lenguaje: permite la evocación verbal de acontecimientos no actuales.
Etapa de las operaciones concretas:
Esta etapa se refiere particularmente a las operaciones lógicas utilizadas para la resolución de problemas.
El niño ya es capaz de utilizar varios símbolos de un modo lógico y llegar a generalizaciones acertadas. Debe ser capaz de llevar a cabo acciones interiorizadas.
Comienza la noción de conservación, volumen y longitud así como la capacidad de clasificar objetos y ordenarlos de acuerdo a sus características centrales.
Entendemos por conservación la capacidad para comprender que la cantidad se mantiene igual aunque se varíe la forma.
Al rededor de los 7 años se desarrolla la capacidad para conservar materiales, siendo importante para esto el concepto de “reversibilidad”.
Al rededor de los 9 años el niño adquiere la capacidad de conservación de superficies, un ejemplo de esto es que ante cuadrados de papel, el niño puede darse cuenta que reúnen la misma superficie aunque estén amontonados o dispersos.
Características generales:
Su representación del mundo:
Relativismo: sabe diferenciar lo externo de lo interno y se encuentra capacitado para describir un objeto o algo que se encuentre delante de el.
Artificialismo: Se trata de la capacidad de los niños de esta edad, para explicar los fenómenos naturales que suceden sin recurrir a la idea de Dios.
Centralización y centración: El niño es capaz de fijarse en todas las características que posee un objeto, a diferencia de las etapas anteriores en las que solo se centraba en un aspecto en particular.
Clasificación: Permite organizar el mundo y categorizar objetos. Es una conducta que le permite al sujeto formar clases teniendo en cuenta las distintas características del objeto y teniendo en cuenta su permanencia.
Seriación: Se trata de ordenar cualquier objeto atendiendo a aquella variable que permitía diferenciar un objeto de otro.
Concepto de número: Esta característica simplifica la clasificación y la seriacion. En este caso el niño ya se encuentra capacitado para, por ejemplo, incluir un numero en una larga fila de numeros sin tener que recurrir a deshacerla y comenzar el proceso nuevamente.
Egocentrismo: Se trata de la incapacidad de entender otros puntos de vista. En esta etapa del desarrollo el egocentrismo debería ser inexistente o al menos poco visible.
Etapa de las operaciones formales:
Comienza el razonamiento lógico, el intento por dar soluciones a los problemas recurriendo a ideas y planificación para lograr los fines.
Comienza la etapa de aferramiento a sus ideas (idealismo).
Se observa cierta necesidad de llamar la atención, se hace visible el egocentrismo.
Se logra la formación continua de la personalidad, comienzan a aparecer los conceptos morales.
El pensamiento esta capacitado para formular pensamientos abstractos o hipotético deductivos. Es capaz de comprender enunciados verbales y proposiciones, entender plenamente abstracciones de álgebra o apreciar metáforas literarias.
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