D. W. Winnicott describe, en el desarrollo emocional primigenio, tres funciones maternas: holding (sostén, sostenimiento), handling (manejo, manipulación) y objet-presenting (presentación objetal).
La función de holding es un factor básico del cuidado materno, que corresponde al hecho de sostener (emocionalmente) al niño de manera apropiada. “Por mi parte —dice Winnicott—, me conformo con utilizar la palabra ‘sostén’ y con extender su significado a todo lo que la madre es y hace en este período (dependencia absoluta)”.
El término viene del verbo inglés “hold”: sostener, amparar, contener. Cuando una madre tiene un bebé en sus brazos, está comprometida física, emocional y simbólicamente de un modo especial: “sostener a un bebé es una tarea especializada”, dice Winnicott.
La madre que sostiene al bebé con tranquilidad, sin miedo de que se le caiga, adecuando la presión de sus brazos, lo mece con suavidad, le susurra o le habla cálidamente, etc., le brinda una vivencia integradora de su cuerpo y una buena base para la salud mental. El sostén facilita la integración psíquica del infante.
El hecho de que sea una función implica una acción que posibilita un proceso, más allá del individuo concreto, biológico, que realiza el cuidado materno. Por eso la función maternal puede ejercerla todo aquel que tenga condiciones y disposición para ello (madre, padre, sustitutos).
La función de holding se extiende a un aspecto del trabajo psicoterapéutico, como un modo de intervenir clínicamente que tiene como finalidad la integración del individuo, su personalización. Es una forma de trabajar en la consulta para brindar apoyo a la persona que demanda ayuda, y que deberá explorar su mundo interno tolerando la angustia que esto supone.
El sostén winnicottiano implica una actitud analítica de escucha abierta, sin intervenciones abruptas. Intenta construir, a través de lo intersubjetivo, un espacio donde poder “jugar”. Todo esto conlleva una forma de trabajo que requiere una capacidad adicional en el analista, además de la preparación teórico-técnica tradicional, dirigida a la interpretación.
Interpretar “jugando” puede producir un espacio libre de la atmósfera persecutoria típica de ciertos momentos del análisis en que, como lo había adelantado Freud, las resistencias se hacen casi impenetrables.
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