El término “constructivismo” se ha utilizado históricamente para designar cosas muy distintas: desde el movimiento artístico ruso que se desarrolló a partir de 1920, hasta la hipótesis de la constructibilidad en lógica y matemáticas.
Sin embargo, ha adquirido una especial relevancia en los ámbitos de la epistemología, y de la psicopedagogía, sobre todo para ser aplicado luego a una concepción particular de la educación.
Desde la perspectiva epistemológica constructivista, la realidad (lo que creemos conocer) no es un registro ni un reflejo de lo meramente existente, sino una construcción de nuestro pensamiento; gracias a este, organizamos nuestro mundo experiencial, y correlativamente percibimos la realidad y actuamos sobre ella.
En el acto de conocer, hay una mayor preponderancia del que conoce, de la construcción que hace el sujeto cognoscente con respecto al conjunto de las realidades que observa y conceptúa. Cada persona se enfrenta a la “realidad” operando como un sistema procesador de información: dice algo sobre ella y, al decirlo, expresa una construcción de su mente o su espíritu. No descubre hechos, formula proposiciones acerca de ellos.
El constructivismo en tanto concepción psicopedagógica (encuadrado dentro de los enfoques de la psicología cognitiva) es una explicación del proceso de enseñanza-aprendizaje; en especial, de este último. Mientras el constructivismo en epistemología pretende responder a la pregunta de qué podemos conocer, en psicopedagogía el interrogante básico que se plantea es: ¿cómo adquirimos los conocimientos?
En las últimas décadas, el constructivismo ha constituido el marco teórico-referencial de algunas propuestas de reformas educativas (España, Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay).
Hay que aclarar que, además de no tratarse en rigor de una teoría psicopedagógica totalmente formulada, tampoco existe una sola concepción del constructivismo. La lectura de los que se consideran principales representantes del constructivismo (Vygotsky, Ausubel, Piaget, Coll, Neiser, Novak, Bruner, Wallon, Dirver, Carretero) revela esa variedad.
Las ideas fundamentales de la concepción constructivista del aprendizaje escolar pueden resumirse en cuatro principales:
- Importancia de los conocimientos previos que tienen los alumnos, ya que todo nuevo conocimiento debe estar anclado en estructuras previas.
- Asegurarse de producir una construcción de aprendizajes significativos.
- El alumno es el responsable último e insustituible de su propio aprendizaje.
- El aprendizaje no excluye la necesidad de ayuda externa.
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