En psicopatología, proceso incoercible y de origen inconsciente, por el cual el sujeto se sitúa activamente en situaciones penosas. Así repite experiencias antiguas sin recordar su prototipo; al contrario, posee la viva impresión de que se trata de algo plenamente motivado en lo actual. En la elaboración teórica de Freud, la compulsión a la repetición se considera un factor autónomo, irreductible a una dinámica conflictual en la que solamente intervendría la interacción del principio del placer y el principio de realidad. Se atribuye principalmente a la característica más general de las pulsiones: su carácter conservador. Resulta difícil lograr una definición precisa y delimitar una problemática propia de este concepto. Se ha discutido permanentemente en psicoanálisis, que por otro lado siempre se vio enfrentado a fenómenos de repetición. Si se consideran los síntomas, se observa que algunos son manifiestamente repetitivos (ejemplo: las ceremonias obsesivas); por otra parte, lo que define el síntoma es precisamente el hecho de que reproduce ciertos elementos de un conflicto pasado. Lo reprimido intenta “retornar” al presente, en forma de sueños, síntomas, actings: se “repite”. En la cura, los fenómenos de transferencia testimonian esta exigencia que tiene el conflicto reprimido de actualizarse en la relación con el analista. En Más allá del principio del placer, Freud ubica en primer plano la compulsión a la repetición. Lo que se repite son experiencias evidentemente displacenteras, y resulta difícil entender qué instancia del sujeto puede encontrar satisfacción en ellas. Entonces, adelanta la conocida tesis según la cual lo que es displacer para un sistema del aparato psíquico es placer para otro. Ahora bien, ¿es necesario proponer la existencia, junto a la repetición de las necesidades, de una necesidad de repetición muy distinta y aun más fundamental? ¿Al servicio de qué actúa la tendencia a la repetición? ¿Se trata de intentos realizados por el yo para controlar las tensiones excesivas y luego derivarlas por catarsis? ¿O bien la repetición debe relacionarse con lo que existe de “demoníaco” en toda pulsión, la tendencia a la descarga absoluta que ilustra el concepto de pulsión de muerte? ¿La compulsión a la repetición pone en tela de juicio el predominio del principio de placer? Se han propuesto todo tipo de respuestas, desde la que ve en la compulsión a la repetición un factor absolutamente original, hasta los intentos de reducirla a mecanismos y funciones ya conocidos.
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