En la psiquiatría clásica del siglo XIX (especialmente, la francesa), “sugestión” implicaba el uso de la hipnosis para quitar síntomas neuróticos; mientras el paciente se hallaba en estado hipnótico, el médico le “sugería” que el síntoma iba a desaparecer.
En la década de 1880, Freud, influido por Charcot, empleó la sugestión hipnótica para tratar pacientes neuróticos. Pero muy pronto ese método le resultó insatisfactorio y lo abandonó, lo que en cierta manera dio origen al psicoanálisis. (No solo eso, sino que rechazó profundamente la sugestión, y la consideró lo opuesto de su nuevo método, lo cual hace que ayude a definir este.)
Siguiendo en esto a Freud, Lacan utiliza la palabra “sugestión” para designar toda una serie de desviaciones respecto del verdadero psicoanálisis (incluyendo lo que él llamaría “psicoterapia”).
La sugestión implica la idea de dirigir al paciente hacia algún ideal o algún valor moral predeterminado. Oponiéndose a esto, Lacan les recuerda a los analistas que su tarea es dirigir el tratamiento, y no al paciente. Se enfrenta a toda concepción del psicoanálisis en tanto proceso normativo como parte de una “ingeniería” social.
También hay sugestión cuando la resistencia del paciente se considera algo que el analista debe destruir. Lacan dice que esta idea es totalmente extraña al psicoanálisis, porque en la propia estructura de la cura hay cierto residuo, intrínseco, de resistencia.
En la sugestión, las interpretaciones del terapeuta se orientan a la significación, mientras que deberían dirigirse al sentido y al sinsentido (que no es lo opuesto al sentido, sino su correlato). Si en la psicoterapia se trata de evitar la ambigüedad y los equívocos del discurso, el psicoanálisis prospera precisamente con esta ambigüedad.
La sugestión tiene una relación estrecha con la transferencia, la cual implica que el analizante le atribuye al analista un saber, y la sugestión sería una forma particular (“incorrecta”) de responder a esa atribución. Hay sugestión, de hecho, cuando el analista asume esa posición de alguien que realmente sabe. En cambio, debería comprender que solamente ocupa la posición de alguien que el analizante presume que sabe. Así el analista puede transformar la transferencia en “un análisis de la sugestión”.
Tal como Freud (en Psicología de las masas y análisis del yo) dice que la hipnosis hace que el objeto converja con el ideal del yo, en términos lacanianos se puede decir que supone la convergencia del yo y el objeto a. El psicoanálisis implica exactamente lo contrario: “Lo fundamental de la operación analítica es el mantenimiento de la distancia entre el yo -la identificación- y el objeto a”.
Deja un comentario
Lo siento, tenés que estar conectado para publicar un comentario.