Las neuronas espejo (o especulares) son un tipo de células cerebrales que se activan cuando un animal o una persona ejecuta una acción al observar esa misma acción siendo ejecutada por otro individuo (especialmente, un congénere). Las neuronas imitan como “reflejando” (de aquí su nombre) la acción de otro: el observador está él mismo realizando la acción del observado.
Estas neuronas fueron observadas primero en primates, y después se han encontrado en algunas aves y en los seres humanos. Están en el área de Broca (circunvolución frontal inferior) y en la corteza parietal.
En las neurociencias, se cree que estas neuronas desempeñan un importante papel dentro de algunas capacidades cognitivas relacionadas con la vida social, tales como la imitación y la empatía (capacidad de ponerse en el lugar de otro). Algunos investigadores piensan que el estudio del “sistema espejo (o especular)” podría enriquecer la teoría de las habilidades de la mente; otros las relacionan con las habilidades de lenguaje, y también se ha llegado a sugerir que disfunciones de este sistema podrían ser una causa subyacente en trastornos como el autismo.
Muchos creen que el descubrimiento de las neuronas espejo está destinado a ser revolucionario y a iluminar muchas cuestiones enigmáticas del cerebro humano. El especialista Vilayanur Ramachandran ha llegado a afirmar que “el descubrimiento de las neuronas espejo hará por la psicología lo que el ADN por la biología”.
Las neuronas especulares fueron descubiertas “de casualidad”, a mediados de la década del noventa del siglo pasado, por el equipo del doctor Giacomo Rizzolatti, de la Universidad de Parma, en Italia. Luego, investigadores de la UCLA hicieron la primera experimentación de la actividad de neuronas espejo en el cerebro humano.
En definitiva, lo que se cree es que las neuronas espejo nos permiten desarrollar nuestra capacidad de empatía, de sentirnos “en la piel” (o “en los zapatos”) de los demás. Así, el sufrimiento que experimentamos al ver sufrir a nuestros semejantes estaría controlado por las neuronas espejo. Esto es lo que se conoce como “empatía”, y que parece ser algo más que la mera compasión.
Aquí se abren apasionantes caminos. Incluso, el doctor Simone Shamay, de la Universidad de Haifa, Israel, distingue la empatía cognitiva, propia del cerebro masculino, de la empatía emocional, propia del cerebro femenino.
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