La pulsión es un proceso dinámico que consiste en un empuje (carga energética, factor de motilidad) que hace que el organismo tienda hacia un fin.
Según Freud, una pulsión tiene su fuente en una excitación corporal; su fin sería suprimir ese estado de tensión que reina en la fuente pulsional. Y, gracias al objeto, la pulsión puede alcanzar ese fin.
Desde el punto de vista terminológico, existe una vieja controversia, de gran importancia teórica. El término “pulsión” fue introducido en las traducciones de Freud como equivalente a la palabra alemana, de uso bastante común, “Trieb” (de una raíz germánica también presente en el inglés “drive”). Traducciones como “instinto” y “tendencia” (además de no justificarse, ya que en alemán existe la palabra, más técnica, “Instinkt”) parecen apuntar a una base más biologicista, lo cual no habría estado en las intenciones de Freud o, por lo menos, en la evolución de su teoría psicoanalítica. En todo caso, en Freud, ambos términos se encuentran con acepciones muy distintas: cuando él habla de Instinkt, califica un comportamiento animal fijado por la herencia, característico de la especie, preformado en su desenvolvimiento y adaptado a su objeto.
El término “pulsión”, aunque no forma parte del lenguaje más corriente, tiene el mérito de que pone en evidencia el sentido de empuje.
En Tres ensayos sobre la teoría sexual (1905), Freud introduce la palabra “Trieb”, así como las distinciones entre fuente, objeto, fin, que seguirá utilizando siempre. Entonces, el concepto freudiano de la pulsión se establece en la descripción de la sexualidad humana. Freud, basándose especialmente en su estudio de las perversiones y las modalidades de la sexualidad infantil, refuta la concepción “popular” que atribuye a la pulsión sexual un fin y un objeto específicos, localizados en las excitaciones y el funcionamiento del aparato genital. Al contrario, él muestra que el objeto es variable y contingente, y sólo es elegido en función de las vicisitudes de la historia del sujeto.
El último elemento que introduce Freud respecto de la noción de pulsión es el de empuje concebido como un factor cuantitativo económico, una “exigencia de trabajo impuesta al aparato psíquico”.
Entonces, ¿se trata de una fuerza somática o de una energía psíquica? Hay distintas respuestas, en la medida en que la pulsión se define como “un concepto límite entre lo psíquico y lo somático”.
El concepto de pulsión fue analizado sobre el modelo de la sexualidad, pero desde un principio, en la teoría freudiana, la pulsión sexual se diferenció de otras pulsiones. La teoría de las pulsiones en Freud siempre fue dualista; el primer dualismo invocado fue el de las pulsiones sexuales y las pulsiones del yo o de autoconservación.
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